El 2 de octubre, la Comisión de Supervisión Financiera de Taiwán (FSC) reveló una actualización significativa a sus regulaciones contra el lavado de dinero (AML) que está dirigida principalmente a los proveedores de servicios de activos virtuales (VASPs). Esta iniciativa señala el compromiso de Taiwán para endurecer su marco regulatorio para el paisaje de activos digitales en rápida evolución. Las regulaciones entrarán en vigencia el 1 de enero de 2025, con un plazo para que todas las empresas de criptomonedas se registren antes de septiembre de 2025.
El marco revisado indica un enfoque más estricto hacia el cumplimiento y coloca consecuencias sustanciales sobre las entidades que no se adhieran a estas nuevas reglas. Uno de los aspectos más cruciales de esta actualización regulatoria es que incluso las empresas que actualmente cumplen con las regulaciones AML anteriores establecidas en julio de 2021 deberán re-registrarse con la FSC. Este requisito socava la sensación previa de estabilidad para estas compañías, especialmente ya que ahora podrían enfrentar sanciones, que incluyen penas de prisión de hasta dos años o multas de aproximadamente 5 millones de nuevos dólares taiwaneses (casi $155,900), si no cumplen.
La iniciativa de la FSC subraya el creciente escrutinio sobre el sector de las criptomonedas, reflejando tendencias globales que priorizan el cumplimiento y la regulación. Las nuevas regulaciones requieren que los VASPs presenten informes anuales de evaluación de riesgos, mejorando así la supervisión y animando a las empresas a evaluar cuidadosamente su exposición a los riesgos de lavado de dinero. Este requisito podría necesitar mejores protocolos internos y estrategias de gestión de riesgos, algo que el sector ha estado adoptando gradualmente, pero ahora debe formalizar para cumplir con los estándares regulatorios.
Además, la Comisión ha aconsejado posponer la presentación de documentos hasta que el nuevo marco de registro esté operativo, reflejando la complejidad de la transición a una nueva estructura de cumplimiento. Junto con estos cambios en las regulaciones AML, la FSC planea introducir nuevas leyes sobre criptomonedas para junio de 2025, con expectativas de que un borrador inicial surja a finales de 2024. Este enfoque progresivo para mejorar el entorno regulatorio demuestra la intención de Taiwán de mantenerse al día con los estándares globales mientras fomenta un mercado de activos digitales seguro.
Las próximas leyes indican un enfoque gubernamental holístico hacia las criptomonedas, buscando construir resiliencia contra actividades ilícitas mientras se apoya la innovación. Curiosamente, a pesar de estas estrictas regulaciones AML, la FSC de Taiwán ha comenzado a aliviar ciertas restricciones, particularmente en relación con los fondos cotizados en bolsa (ETFs) vinculados a activos virtuales extranjeros. Reconociendo los considerables riesgos de inversión en este ámbito, la FSC solo ha permitido la participación de inversores profesionales, como inversores institucionales y personas de alto patrimonio.
Educación y formación en el sector
De acuerdo con estos desarrollos, Taiwán exige que las empresas de valores realicen educación y formación regular sobre activos virtuales para sus empleados. Este requisito enfatiza la importancia de una participación informada en un mercado complejo y en rápida evolución. Al asegurarse de que el personal tenga un sólido entendimiento de los activos virtuales, la FSC busca reforzar la integridad del mercado en general y proteger a los inversores de los riesgos asociados con un conocimiento insuficiente.
Las recientes actualizaciones de Taiwán a su marco AML ilustran una postura proactiva en la regulación de las criptomonedas, exigiendo un cumplimiento riguroso de los VASPs y destacando la importancia de una supervisión cuidadosa. Si bien estas medidas pueden presentar desafíos para las empresas existentes, también allanan el camino hacia un entorno de criptomonedas más seguro y responsable. Equilibrar oportunidades de inversión innovadoras con medidas regulatorias robustas será crucial a medida que Taiwán navegue por las complejidades del paisaje de los activos digitales.
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