En un movimiento estratégico para establecerse como un centro financiero y de criptomonedas de primer nivel, Hong Kong ha propuesto un conjunto de exenciones fiscales dirigidas a fondos de cobertura, fondos de capital privado y oficinas familiares adineradas. Esta iniciativa, informada por el Financial Times el 28 de noviembre, se encuentra encapsulada en un documento gubernamental de 20 páginas que sienta las bases para las aspiraciones de Hong Kong.
Actualmente en una fase de consulta de seis semanas, la propuesta busca hacer que la ciudad sea más atractiva para los gestores de activos globales y las personas de alto patrimonio neto al eximir impuestos sobre las ganancias generadas por criptomonedas, propiedades internacionales, crédito privado y créditos de carbono. La tributación ha surgido de manera consistente como un factor decisivo que influye en las elecciones de los gestores de activos para sus bases operativas. Por lo tanto, el gobierno de Hong Kong enfatiza la necesidad de un entorno regulatorio y fiscal favorable para atraer a estos gigantes financieros.
Patrick Yip, Vicepresidente y Socio Internacional de Impuestos en Deloitte China, coincide en que tales incentivos fiscales podrían reforzar significativamente la industria financiera en Hong Kong, destacando la tendencia en la que las oficinas familiares están designando cada vez una porción notable—hasta el 20%—de sus carteras para incluir activos digitales. A medida que la competencia se intensifica entre Hong Kong y Singapur para asegurar a los inversores globales, es crucial analizar sus estrategias contrastantes.
Ambas ciudades han adaptado sus marcos regulatorios para proporcionar entornos de baja tributación que gestionen grandes capitales. La propuesta de exención fiscal de Hong Kong parece ser un eco de la exitosa introducción de compañías de capital variable en Singapur en 2020. Singapur ha registrado más de 1,000 inscripciones de fondos bajo esta iniciativa, superando significativamente las 450 compañías de fondos abiertos de Hong Kong.
La diferencia entre las dos ciudades se acentúa aún más por las tendencias en inversión privada. El creciente número de ciudadanos adinerados chinos que establecen vehículos de inversión privados fuera de China continental se debe en gran medida al actual clima político en Pekín, que restringe la exhibición de riquezas. Este escenario presenta una oportunidad única para Hong Kong, ya que se posiciona como una opción más favorable en comparación con el aumento de la supervisión regulatoria en Singapur, donde las recientes mejoras en las leyes contra el lavado de dinero han dificultado el establecimiento de nuevas oficinas familiares debido a los requisitos de debida diligencia más estrictos.
La iniciativa de Hong Kong está bien sincronizada, alineándose con un renovado optimismo dentro del sector cripto global, notoriamente influenciado por la reciente victoria electoral del expresidente Donald Trump en los Estados Unidos. Los sentimientos del mercado han comenzado a aumentar, ejemplificados por el aumento de los precios de Bitcoin, ya que los interesados anticipan un impulso renovado hacia un paisaje regulatorio favorable a las criptomonedas.
Además, el CEO de UBS, Sergio Ermotti, ha enfatizado el potencial de Hong Kong para superar a Suiza como un centro premium de gestión de patrimonios global, mejorando así su estatus en medio del progreso que está haciendo junto a Singapur. En este paisaje financiero en evolución, las propuestas de exenciones fiscales y las estructuras legales bien pensadas serán instrumentales para moldear la capacidad de Hong Kong de atraer flujos de capital global y reforzar su posición como un destino financiero y de criptomonedas de primer orden.
A medida que Hong Kong emprende este ambicioso camino, deberá navegar las implicaciones de sus innovaciones regulatorias y la competitividad del mercado en la atracción de inversores que son cada vez más selectivos y con una mentalidad global. Al hacerlo, la ciudad podría aprovechar sus instituciones financieras establecidas y su dinámico ecosistema de mercado, construyendo un marco robusto que atraiga no solo la riqueza local, sino también a inversores internacionales que buscan condiciones favorables para hacer crecer su patrimonio en los próximos años.
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