A medida que se acerca la elección presidencial de 2024, el impacto de las políticas de los principales candidatos en la floreciente industria de las criptomonedas se vuelve cada vez más relevante. Con las criptomonedas transformando las conversaciones financieras, entender cómo cada candidato interactúa con este panorama dinámico es esencial.
Alex Thorn, el jefe de investigación en Galaxy Digital, ha desarrollado una exhaustiva «hoja de evaluación de políticas», que evalúa las posiciones de los principales candidatos presidenciales de EE. UU. sobre las criptomonedas, examinando particularmente a la vicepresidenta Kamala Harris y al ex presidente Donald Trump. La hoja de evaluación de Thorn ofrece una visión crucial sobre la compatibilidad de las políticas de los candidatos con los intereses del sector cripto.
En esencia, revela que una posible administración de Harris presentaría riesgos limitados en comparación con la actual administración de Biden, fomentando en última instancia un entorno más favorable para la innovación en criptomonedas. Por el contrario, las políticas de Trump parecen ser las más acomodaticias, presentando una oportunidad significativa para que la industria florezca bajo su liderazgo.
El análisis distingue a los candidatos a través de siete temas importantes que van desde las estrategias fiscales hasta las regulaciones bancarias. Un examen crítico de estas áreas arroja luz sobre los diferentes niveles de apoyo para las actividades de criptomonedas y las dinámicas del mercado. En términos de impuestos, el análisis indica una divergencia clara entre Harris y Trump. Harris se ha comprometido públicamente a revertir los recortes de impuestos establecidos durante la presidencia de Trump, un movimiento percibido como «extremadamente hostil» hacia los intereses de los inversores en criptomonedas.
Este alineamiento sugiere que bajo Harris, la comunidad cripto podría enfrentarse a un entorno cargado de mayores cargas fiscales y escrutinio regulatorio. En contraste, se espera que Trump proporcione claridad y potencial alivio en las políticas fiscales sobre activos digitales. Su administración se anticipa que abordará la fiscalidad con un enfoque hacia el fomento del crecimiento, creando así una atmósfera más acogedora para las inversiones en criptomonedas.
Otro aspecto importante de la hoja de evaluación se centra en la minería de Bitcoin. La postura de Harris es ligeramente más indulgente que la de Biden, aunque aún caracterizada por un nivel de hostilidad. En marcado contraste, las interacciones pasadas de Trump con los mineros de Bitcoin son indicadores significativos de sus políticas de apoyo. Su reconocimiento de la minería como parte de la «manufactura nacional» ilustra su intención de promulgar reformas que podrían eliminar cargas innecesarias sobre la industria.
Al considerar las operaciones bancarias relacionadas con las criptomonedas, parece que Harris podría tomar medidas para mitigar las restricciones actuales, especialmente aquellas vinculadas a la controvertida «Operación Chokepoint 2.0» de Biden. La narrativa sugiere que podría reconocer la necesidad de acceso bancario para la industria cripto, un reconocimiento que no se encuentra fácilmente en la agenda de Biden. Por el contrario, el apoyo inquebrantable de Trump para un mayor acceso bancario para el sector cripto indica un enfoque más favorable.
Mientras que Bitcoin parece permanecer en un vacío regulatorio, sin cambios basados en las evaluaciones de la hoja de puntuación, la situación para las altcoins es más precaria. Una administración de Trump podría acelerar la necesaria claridad regulatoria que permitiría a las altcoins alcanzar un crecimiento significativo. Por el contrario, la incertidumbre bajo una posible presidencia de Harris podría plantear retos, amenazando el incipiente mercado de altcoins.
Sin embargo, vale la pena señalar que, si bien las posiciones de Harris son generalmente más favorables que las de Biden, sus políticas aún podrían estar en desacuerdo con las ambiciones más amplias de la industria cripto. A medida que se acercan las elecciones de 2024, la industria de las criptomonedas está lista para cambios potencialmente transformadores, dependiendo de su liderazgo político.
Con un panorama caracterizado por puntos de vista contrastantes sobre la tributación, la minería y la banca, el análisis de Thorn sugiere tanto desafíos como oportunidades que podrían dar forma al futuro de las criptomonedas en EE. UU. Una victoria de Trump podría desbloquear un crecimiento explosivo y claridad para el sector cripto, mientras que una administración de Harris podría presentar una alternativa más segura pero menos dinámica. Las apuestas son altas, y las decisiones tomadas en la próxima elección resonarán probablemente en el ámbito cripto durante años.
El paisaje emergente subraya así la necesidad de que los interesados dentro del espacio cripto permanezcan comprometidos e informados, ya que estos desarrollos tendrán implicaciones duraderas en sus emprendimientos.
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