En 2024, la Comisión de Valores y Bolsa de EE. UU. (SEC) intensificó significativamente su supervisión y medidas de ejecución dirigidas al sector de las criptomonedas, imponiendo casi $4.7 mil millones en multas. Esta cifra asombrosa refleja un aumento sorprendente respecto a los $150.3 millones en multas impuestas en 2023, lo que marca un aumento sin precedentes de más del 3,000%. Un factor crítico detrás de este aumento fue el histórico acuerdo de $4.47 mil millones alcanzado en junio con Terraform Labs y su cofundador, Do Kwon. Este caso ha atraído una atención generalizada debido a sus implicaciones en la protección de los inversores y la emisión de valores no registrados, especialmente tras el colapso de la criptomoneda TerraUSD (UST) y su infraestructura relacionada.
El cambio de la SEC de imponer un mayor número de sanciones a menos, pero significativamente mayores, multas revela una evolución táctica en su estrategia de ejecución. Si bien el número total de casos cayó de 30 en 2023 a solo 11 en 2024, la multa promedio se disparó a aproximadamente $426 millones, un aumento desde alrededor de $14.71 millones en 2022. Este enfoque estratégico es evidente en el objetivo de la SEC de llevar a cabo acciones de alto impacto que no solo penalizan a firmas específicas, sino que también sientan un precedente para el cumplimiento en toda la industria. Tal transformación indica que la SEC está ahora más centrada en implicaciones severas y de gran alcance para las empresas que operan en el espacio de las criptomonedas.
Además del monumental caso contra Terraform Labs, otras acciones de ejecución sustanciales caracterizaron la postura agresiva de la SEC en 2024. Entre ellas se encontraban multas significativas impuestas a empresas como GTV Media Group y los operadores fraudulentos John y Tina Barksdale, cada uno enfrentando sanciones que superan los $100 millones. Hasta ahora, desde que la SEC comenzó a concentrarse en la industria de las criptomonedas en 2013, ha recaudado más de $7.42 mil millones en multas, con un alarmante 63% de ese total ocurriendo únicamente dentro del año actual. Esto indica un esfuerzo regulatorio enfocado en controlar lo que muchos perciben como un comportamiento descontrolado en el sector de las criptomonedas.
Las comparaciones históricas proporcionan información sobre cómo evolucionan las acciones de ejecución a lo largo del tiempo dentro del panorama de las criptomonedas. Por ejemplo, la multa de $1.24 mil millones contra Telegram Group en 2019 marcó un punto de inflexión significativo, resultando en un aumento del 2,000% en multas promedio en comparación con años anteriores. De manera similar, Ripple Labs enfrentó una penalización de $125 millones por vender XRP como un valor no registrado, contribuyendo a un aumento dramático en las multas promedio.
Recientemente, las acciones de ejecución de la SEC no solo se han centrado en empresas, sino que también se han extendido a ejecutivos individuales, reflejando un compromiso más amplio con la responsabilidad en la industria. Las sanciones a menudo están estructuradas en torno a una variedad de parámetros, con datos recientes que indican que las multas que superan los $1 mil millones comprenden el 46% de las sanciones totales emitidas. En contraste, empresas más pequeñas también han sido objeto de escrutinio, como lo demuestra un notable 30% de las sanciones que oscilan entre $1 millón y $10 millones. Incluso los proyectos más pequeños no han escapado a la atenta mirada de la SEC, con fallos por debajo de $1 millón que ilustran una continua atención regulatoria.
Las agresivas estrategias de ejecución implementadas por la SEC destacan un movimiento crítico hacia una mayor supervisión y regulación de la industria de las criptomonedas. A medida que las multas y los acuerdos alcanzan niveles sin precedentes, el panorama está preparado para una transformación extensa, animando a las empresas a reconsiderar sus estrategias para garantizar el cumplimiento. Dada la magnitud de las sanciones impuestas hasta ahora en 2024, es evidente que la SEC no está simplemente reaccionando; está reformulando activamente la forma en que opera el mercado de criptomonedas, exigiendo transparencia, responsabilidad y un riguroso cumplimiento de las leyes existentes. A medida que esta evolución se desarrolla, tanto las empresas como los inversores deberán mantenerse al tanto del cambiante panorama regulatorio y adaptarse en consecuencia para navegar este entorno de rápido cambio.
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